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Cadena perpetua para tres hombres blancos por matar a joven negro que practicaba deporte en EEUU

Fuente: El Deber.

Travis McMichael, de 35 años y autor de los disparos mortales, y su padre, Gregory McMichael, de 66, fueron condenados. Su vecino William Bryan, de 52, quien participó en la persecución grabándola, recibió la misma pena.

Tres estadounidenses blancos fueron condenados este viernes a cadena perpetua por haber perseguido y matado a Ahmaud Arbery, un joven negro que practicaba deporte, al sospechar que era un ladrón en 2020 en Georgia, en el sur de Estados Unidos.

Travis McMichael, de 35 años y autor de los disparos mortales, y su padre, Gregory McMichael, de 66, fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad anticipada. 

Su vecino William Bryan, de 52, quien participó en la persecución grabándola, recibió la misma pena pero podrá solicitar la libertad condicional tras 30 años de prisión.

Los padres de Arbery pidieron la pena máxima. “Amamos a nuestro hijo y ya no celebraremos el Día de Acción de Gracias, Navidad o su cumpleaños con él”, declaró Marcus Arbery al juez.

“Sus asesinos pasarán el resto de sus vidas pensando en lo que hicieron 
y deberían hacerlo tras las rejas”, agregó.

Los tres hombres “apuntaron a mi hijo porque no lo querían en su barrio”, dijo la madre, Wanda Cooper-Jones, pidiendo “la sanción máxima” para ellos.

“La defensa propia siempre termina mal”, recalcó la fiscal Dunikoski, señalando que los McMichael no habían mostrado “remordimiento ni empatía”.

Meses sin ser detenidos


En el juicio se vieron videos en los que los hombres armados perseguían a Arbery mientras corría por el barrio
 porque sospechaban, sin pruebas, de que era un ladrón.

Los videos, grabados por Bryan, muestran a Arbery tratando de evitarlos y luego a Travis McMichael disparándole con una escopeta.

Inicialmente la policía local mantuvo en secreto el video y los McMichaels y Bryan tardaron meses en ser detenidos, lo que se produjo después de que las imágenes se filtraran en línea, provocando una ola de indignación nacional.

Una fiscal local, Jackie Johnson, ha sido acusada de violar su juramento y de haber obstaculizado la investigación sobre la muerte de Arbery.

Durante el juicio los acusados dijeron que sospechaban que Arbery era un ladrón e invocaron una ley estatal derogada desde entonces que permitía a los ciudadanos realizar arrestos.

Pero los fiscales afirmaron que no había justificación alguna para intentar detener a Arbery y que nunca le dijeron que querían arrestarlo mientras practicaba deporte en el barrio de Satilla Shores, un domingo por la tarde.

Arbery “intentaba alejarse de estos extraños que le gritaban, amenazando con matarlo”, dijo la fiscal principal Linda Dunikoski al tribunal. “Y entonces lo mataron”. “Esto no es el Salvaje Oeste”, añadió.

Ben Crump, abogado del padre de Arbery, calificó a los tres hombres de “turba de linchamiento”.

Después de que se leyera el veredicto, el 24 de noviembre, el gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, sostuvo que Arbery fue “víctima de una vigilancia callejera que está fuera de lugar en Georgia” y pidió “sanación y reconciliación”.

Los hombres podrían haber sido condenados a la pena de muerte por asesinato, pero los fiscales dejaron claro antes del juicio que no pedirían esa sanción, lo que posiblemente facilitó que el jurado, integrado sobre todo por blancos, se pusiera de acuerdo sobre un veredicto relativamente rápido, después de menos de 12 horas de deliberaciones.

El presidente Joe Biden afirmó en noviembre que el asesinato de Arbery “es un recordatorio devastador de lo lejos que se tiene que llegar en la lucha por la justicia racial en este país”.