FUENTE: ABI.
Ante una multitudinaria concentración en plaza Murillo, el vicepresidente David Choquehuanca acusó a Evo Morales de cruzar ríos de sangre y convertirse en el comandante de la “troika opositora” que forma junto con sus aliados, el encarcelado Luis Fernando Camacho y el expresidente Carlos Mesa, para “torpedear” la gestión del Gobierno desde la Asamblea Legislativa.
“Contra todo pronóstico, cruzando ríos de sangre y quebrando su lugar en la historia, el excompañero de lucha Evo Morales ejerce de comandante de la troika opositora, asistido por su grupo de fanáticos”, cuestionó en el masivo mitin con el que concluyó la Marcha por la defensa de la democracia que descendió desde la ciudad de El Alto hasta La Paz, en rechazo de la asonada golpista del 26 de junio.
Ahí, Choquehuanca habló de Morales, Camacho y Mesa, a quienes llamó “líderes veteranos que remueven las tumbas de los héroes originarios y de los líderes independentistas”.
Los acusó de sabotear “en todos los espacios viables y con todas las medidas posibles” la gestión del Gobierno nacional, como en el Legislativo impidiendo la aprobación de créditos por más de $us 900 millones.
“El sistema partidario del Estado colonial ha viabilizado un pacto entre la oposición interna y externa, dando lugar a la troika opositora que utiliza la Asamblea Legislativa Plurinacional como un polígono partidario para torpedear las medidas del bien nacional”, denunció.
Junto con Morales, explicó, la troika opositora, está integrada por el “veterano en la materia de los golpes de Estado, Luis Fernando Camacho”, investigado por la ruptura del orden constitucional en 2019, y “su grupo de fanáticos del colectivo Creemos”.
Además, “la troika la compone el experto en el arte de renunciar y abandonar la gestión gubernamental, Carlos Mesa y su grupo de seguidores del colectivo Comunidad Ciudadana”.
De acuerdo con Choquehuanca, esta “troika opositora pretende sumar debilidades de Camacho, con la debilidad de Mesa y el desgaste de Evo para mostrar fuerza”; no obstante, afirmó, “no es más que tres debilidades unidas”.
Sin embargo, aseguró que “los herederos del pensamiento milenario originario, sabemos qué hacer para construir el Estado Plurinacional desde nuestras raíces, el ayllu, nuestros pueblos y para nuestros pueblos”.
En esa línea, consideró que ha “llegado el tiempo de la segunda etapa del Proceso de Cambio” iniciado en 2006, y que logró en 2009 la aprobación de la actual Constitución Política redactada en la Asamblea Constituyente.
Argumentó que el fallido golpe de Estado del 26 de junio es “un testimonio y una justificación de la necesidad del cambio estructural en la arquitectura del Estado colonial” que “no sirve al pueblo en la misma proporción como sirve a los líderes políticos, quienes se sirven del Estado colonial”.
“Nos sentimos capaces de crear un nuevo Estado, acorde a las estructuras de organización de los pueblos que habitamos los territorios de Bolivia”, aseguró.
Indicó que estas y otras anomalías del Estado colonial deben ser “subsanadas en el escenario nacional, en un referéndum”.