FUENTE: TN.
De vez en cuando, un mal día puede entenderse. El asunto es cuando el estado de ánimo general de un niño es difícil, con rabietas prolongadas. ¿Qué es “normal” en términos de estados de ánimo de los más pequeños?
Algunos chicos son más irritables que otros y gran parte de eso está relacionado con el temperamento, teniendo en cuenta que las experiencias con la pandemia también influyeron.
Uno estudio muestra que el cambio del aprendizaje presencial/remoto/presencial o híbrido condujo a más casos de niños que “se portan mal”. En las respuestas de una encuesta, los padres dijeron que sus hijos, mientras aprendían de forma remota, mostraban más agresividad y retraimiento, tenían una capacidad de atención limitada y experimentaban dificultades para cambiar entre tareas en comparación con cuando estaban en la escuela.
Qué es, exactamente, una rabieta
“Los padres conocen una rabieta cuando ven una, pero también hay una definición médica. Las rabietas son arrebatos emocionales angustiantes y perturbadores que a menudo ocurren en respuesta a la frustración o debido a necesidades o deseos insatisfechos”, define Denis Sukhodolsky, psicólogo clínico y profesor asociado en el Centro de Estudios Infantiles de Yale, EE.UU. “Por desagradables que sean, las rabietas son un comportamiento normal durante la primera infancia”.
Hay marcadores a tener en cuenta, explica el especialista. “Los dos años son terribles, son un período bien conocido. Pero cuando las familias experimentan rabietas frecuentes o prolongadas, en las que un niño está inconsolable, podría indicar que se necesita algún apoyo adicional para ayudar a un niño a sentirse mejor”, indica.
Hasta qué edad es común que haya rabietas
La clave para determinar si necesita ayuda es cuánto tiempo persiste el problema, agrega Sukhodolsky. Por ejemplo, al comienzo de un año escolar, los niños pueden tener dificultades para hacer la transición a despertarse temprano y prepararse a tiempo.
“Los padres deben prestar atención a cuánto tiempo dura esto. Si son unos días, eso es normal. Si es un período de semanas o meses en el que son muy quisquillosos cuando se les dice que dejen sus videojuegos y se pongan en marcha, entonces eso es diferente”, plantea.
“No es raro que los niños pequeños tengan los ojos llorosos o protesten cuando se les dice que hagan algo que no quieren hacer. Pero si un niño mayor de 8 años se comporta de esta manera en forma periódica, durante un mes o más, los padres pueden necesitar asesoramiento sobre la conducta infantil”.
Cuánto dura una rabieta
“No es raro que los padres tengan un episodio con su hijo una o dos veces por semana. Si se resuelve un problema y la familia puede volver a lo que estaba haciendo en 10 o 15 minutos, está bien”, afirma Sukhodolsky. “Pero si ese argumento arruina todo el día, y el problema dura varios meses, puede indicar la necesidad de una mayor atención”.
En ese caso, un niño y sus padres podrían necesitar ayuda para descubrir qué los frustra tanto y formas de transitar mejor estas situaciones.
Sukhodolsky recomienda buscar una evaluación clínica integral para un niño que experimenta arrebatos de ira durante un período de varios meses. Para hacer esto, los padres pueden plantear estos problemas con el pediatra de su hijo, quien puede hacer una referencia a un experto en salud mental. Incluso en la escuela se puede contar con la opinión de un psicopedagogo.