FUENTE: AHORA DIGITAL.
Los convocados no pasan del centenar.
El llamado a cabildo realizado por el Comité Cívico de Yacuiba convocado por Henry Medrano, en rechazo a la Ley de Construcción Municipal se saldó con un duro revés para el Comité Cívico, evidenciando una preocupante desconexión entre la dirigencia y la población. La escasa convocatoria, marcada por la ausencia de sectores claves, pone en tela de juicio la legitimidad de las acciones del Comité Cívico y su capacidad para representar los intereses de la ciudadanía.
Falta de convocatoria y cuestionamientos a la legitimidad:
Inicialmente convocado para expresar el rechazo y la abrogación de la Ley de Construcción, el cabildo vio cómo sus demandas se ampliaban inesperadamente sin consulta previa a los sectores afectados. La inclusión de temas como la falta de ítems de salud y la inseguridad ciudadana generó desconfianza entre la población, que percibió la convocatoria como una maniobra política más que una genuina lucha por sus intereses.
Un mensaje claro de desconfianza:
La baja participación en el cabildo, a pesar de la movilización de articuladores políticos y un medio de comunicación afín a un ex candidato a la alcaldía, envía un mensaje contundente al Comité Cívico. La población y las instituciones afiliadas han expresado públicamente su rechazo a ser utilizadas para fines políticos, poniendo en duda la credibilidad y el rol de la organización como defensora de sus intereses.
Reflexiones sobre el futuro del Comité Cívico:
Este episodio invita a una profunda reflexión sobre el papel del Comité Cívico de Yacuiba y su relación con la ciudadanía. La organización, nacida para defender los intereses del pueblo, parece haber perdido la confianza de aquellos a quienes representa. Restablecer esa confianza y recuperar la legitimidad serán desafíos cruciales para el futuro del Comité Cívico.
Lecciones aprendidas:
El fracaso del cabildo debe servir como una valiosa lección para el Comité Cívico. La organización debe reevaluar sus métodos de convocatoria, garantizar la transparencia en sus acciones y priorizar el diálogo genuino con los sectores afectados antes de realizar cualquier convocatoria. Solo así podrá recuperar la confianza de la población y retomar su papel como legítimo representante de sus intereses.