FUENTE: BBC.
La Chang’e-6 aterrizó en el desierto de Mongolia Interior el martes, después de una misión de casi dos meses plagada de riesgos.
La sonda lunar de China regresó a la Tierra con las primeras muestras del lado oculto inexplorado de la Luna.
La Chang’e-6 aterrizó en el desierto de Mongolia Interior el martes, después de una misión de casi dos meses plagada de riesgos.
Los científicos esperan ansiosamente la Chang’e-6, ya que las muestras podrían responder preguntas clave sobre cómo se forman los planetas.
China es el único país que ha alunizado en el lado oculto de la Luna, ya que lo logró antes en 2019.
El lado oculto, que está alejado de la Tierra, es técnicamente difícil de alcanzar debido a su distancia y a su difícil terreno de cráteres gigantes y pocas superficies planas.
Los científicos están interesados en este lado menos explorado, ya que se cree que puede contener rastros de hielo, que se pueden recolectar para obtener agua, oxígeno e hidrógeno.
La Chang’e-6 despegó desde un centro espacial a principios de mayo y aterrizó con éxito en un cráter cerca del polo sur de la Luna unas semanas después. Su misión duró 53 días.
La sonda se enviará a Pekín y allí se recogerán muestras, según la emisora estatal CCTV.
Esta es la sexta misión de China a la Luna y la segunda a la cara oculta. La sonda lleva el nombre de la diosa lunar Chang’e en la mitología china.
La sonda utilizó un taladro y un brazo robótico para recoger tierra y rocas, tomó algunas fotografías de la superficie y plantó una bandera china.
Estados Unidos, China y la ex Unión Soviética han recolectado muestras del lado cercano de la Luna, pero China es el primero en traer material del lado lejano.
El objetivo era recolectar hasta 2kg de roca lunar y suelo.
China colaboró anteriormente con científicos internacionales para estudiar muestras que trajo de la cara visible de la Luna, pero no está claro si se concederá un acceso similar al nuevo material procedente del lado oculto.
Las muestras
Las últimas muestras podrían ayudar a responder algunas preguntas sobre la historia temprana del sistema solar.
Por ejemplo, la cuenca Aitken – una de las mayores estructuras de impacto del sistema solar- se formó hace 4.260 millones de años, unos cientos de millones de años después de que la mayoría de los cráteres lunares, que fueron destruidos por asteroides y cometas durante un período violento conocido como el Bombardeo Intenso Tardío.
«¿Se formó la cuencia como parte del último bombardeo intenso? ¿O fue un evento separado?. Al obtener fechas precisas para la cuenca y los cráteres que la cubren, podremos comprender mejor la historia de la luna», explica en su sitio web la Sociedad Planetaria en una descripción de la misión Chang’e 6.
«Esto también tiene implicaciones para comprender los orígenes de la vida en la Tierra», añadió la Sociedad Planetaria.
«Es posible que los asteroides transportaran agua y materiales orgánicos a la Tierra durante el último bombardeo intenso. Comprender el momento y las circunstancias de este evento es fundamental para desentrañar la historia de nuestro origen».
Catherine Heymans, astrónoma de las Casas Reales de Reino Unido, le dijo a la BBC: «Es increíblemente emocionante ver este aterrizaje exitoso».
«La actividad geológica en la Luna es muy diferente en el lado visible y en el lado oculto y ha sido un gran enigma la pregunta de por qué vemos esas diferencias».
Heymans espera que las muestras recuperadas ayuden a los investigadores a comprender la composición del centro de la Luna.
“¿Es muy similar a la Tierra? ¿Puede eso confirmar nuestra teoría de que la Tierra y la Luna alguna vez fueron la misma cosa?, pregunta la astrónoma.
Orgullo chino
La misión Chang’e-6 es un motivo de orgullo para una nación que ha intensificado sus misiones a la luna, atrayendo la atención de su rival, Estados Unidos.
Los medios estatales mostraron a funcionarios colocando triunfalmente la bandera china justo después de que la cápsula Chang’e-6 aterrizara en el desierto de Mongolia Interior.
El presidente de China, Xi Jinping, llamó para felicitar a quienes estaban en el centro de mando de la misión Chang’e-6.
Xi les dijo que esperaba que pudieran seguir explorando el espacio profundo para «alcanzar nuevas alturas al desentrañar los misterios del universo… para beneficiar a la humanidad y hacer avanzar a la nación».
Beijing ha invertido enormes recursos en su programa espacial durante la última década en un esfuerzo por alcanzar tanto a Estados Unidos como a Rusia.
Su objetivo es enviar una misión tripulada a la Luna para 2030 y planea construir eventualmente una base en el polo sur lunar.
Estados Unidos también planea volver a enviar astronautas a la Luna para 2026 con su misión Artemis 3.
Los analistas creen que la próxima carrera espacial no se tratará sólo de llevar gente a la Luna, sino de quién podrá reclamar y controlar los recursos lunares.